Biografía de un Veneno Medioambiental


El PVC produce un impacto ambiental significativo en todo su ciclo de vida.


La caldera tóxica

Materias primas: despilfarro energético

El gas cloro y el etileno son el punto de partida. Durante la producción de PVC, la sal común se convierte en gas cloro y compuestos organoclorados. Este uso del cloro es lo que distingue al PVC del resto de los plásticos y lo hace tan peligroso.

El PVC se compone de combustibles fósiles, recursos no renovables. Además, la producción tanto de gas cloro, como de etileno gastan enormes cantidades de energía (en Alemania, el mayor productor de cloro de Europa, su producció suma el 25% de la energía consumida por la industria alemana y el 2% de la demanda nacional total [1]). Por si fuera poco, debido a esta razón, la industria del cloro obtiene la energía a precios más bajos (subvencionada por pequeños consumidores y contribuyentes). En Austria paga el recibo de la luz un 30% más barato.

Cloro + Etileno: la puerta hacia los organoclorados

El siguiente paso consiste en combinar el cloro y el etileno para formar el DICLOROETILENO (DCE):

La producción de cualquier compuesto organoclorado genera inevitablemente resíduos. En el caso del PVC, estos resíduos o "alquitranes" contienen niveles de dioxinas de hasta 214 partes por billón (ppb). En Seveso, en las zonas más contaminadas por dioxinas después de la explosión de 1976 se midieron 10 ppb y fueron evacuadas. Estos resíduos, tras la prohibición mundial de la incineración marina acordada en 1990, son incinerados en tierra (generando el mismo tipo de emisiones tóxicas) o enterrados en vertederos. Otros, en cambio, son convertidos mediante la técnica de electrolisis en nuevos productos organoclorados como:

El ladrillo básico: un cancerígeno humano

A partir del DCE se genera el extremadamente tóxico gas cloruro de vinilo (VCM):

Aunque existen indicios que lo sugieren, la Patronal europea (presionada por la industria de los plásticos) ha impedido que se realizase un estudio independiente con fondos de la CEE sobre el impacto del VCM en la salud de los trabajadores europeos.

No importa lo estrictos que se establezcan niveles estrictos de exposición de los trabajadores, así como de la cantidad máxima de VCM sin polimerizar en productos acabados de PVC, el problema sigue sin solucionarse. El VCM es imposible de contener en una planta:

Trenes siniestros: el transporte del cloruro de vinilo

Vistas sus peligrosas caractrísticas, es un hecho especialmente preocupante que la mayor parte del cloruro de vinilo sea producido lejos de donde será finalmente polimerizado a PVC, siendo por tanto transportado por todo el mundo desde una planta industrial a otra por carretera, ferrocarril y barco.

Entre 1964 y 1980 hay documentados 17 accidentes graves de transporte por ferrocarril de VCM [6]. En todos los casos las poblaciones tuvieron que ser evacuadas. Hasta 1985, la Agencia Federal para el Medio Ambiente de Alemania enumera 42 incidentes relacionados con el VCM en todo el mundo.

Sin embargo, a pesar de los riesgos evidentes:

Se agita un poco y ya está: polimerización y aditivos

Muchas veces con al menos varios cientos de kilómetros a las espaldas, el cloruro de vinilo llega a la planta química donde será polimerizado. Las moléculas de VCM se enlazan unas a otras formando un nuevo compuesto: el cloruro de polivinilo o PVC.

El PVC obtenido así es una sustancia sólida, frágil, dura e inestable, sin la menor utilidad comercial, a no ser que se le mezcle una gran variedad de aditivos:

Los aditivos acaban suponiendo más del 60% del producto final. Una vez mezclados los aditivos, se obtiene el polvo o granza de cloruro de polivinilo (PVC), a partir del cual se moldean los diferentes objetos plásticos.


El enemigo en casa

Durante su vida útil, los productos de PVC suponen los siguientes riesgos para quien los consume:

¿Para qué se usa el PVC?

La distribución de los productos de PVC por sectores, en un pais europeo típico, podría ser algo parecido a lo siguiente [11]:

Productos de larga duración

En el sector de la construcción, el PVC se usa principalmente para fabricar tuberís de desagüe (37% de la producción), canalones, suelos, aislamientos y marcos de ventanas. En estas aplicaciones se utiliza cadmio como estabilizador frente a la radiación ultravioleta.

Los marcos de ventana de PVC está desplazando de manera evidente a materiales tradicionales como la madera, a pesar de los problemas de eliminación de éste. Así, en Alemania, se produjeron en 1990 1,5 millones de toneladas de PVC estabilizado con cadmio destinado a la fabricación de marcos de ventana [12], y en el Reino Unido copan el 90% del mercado [13]. En España, es uno de los usos que más está creciendo. En 1993 se destinaron 35.000 toneladas de PVC para esta aplicación.

Los suelos y papeles pintados de vinilo se usan en cocinas, baños y edificios públicos. Presentan altas cantidades de plastificantes, lo que, unido a su gran superficie desde la que estos pueden escapar más fácilmente, contribuye a causar el llamado "síndrome de oficina enferma". En Suecia se han documentado 24 casos y en 8 de ellos había suelos de vinilo [14].

Debido al intervalo de 15 a 20 años entre fabricación y eliminación, la sociedad no ha tomado conciencia todavía del problema que suponen los productos de PVC de larga duración.

Productos de corta duración

El PVC es el material más utilizado para envases y embalajes, suponiendo el 15-20% de todos los plásticos usados en este sector. También es éste uno de los sectores en los que existen un mayor número de alternativas fácilmente accesibles. Uno de sus usos más significativos está en la fabricación de botellas para aguas minerales de mesa y refrescos sin gas. La industria del PVC aprovecha este uso para lavar su contaminante imagen, a costa de poner en peligro evidente la salud de los consumidores de este tipo de productos:

En Alemania está prohibido el uso de plástico de PVC para envolver alimentos, debido a que se ha comprobado que el plastificante dioactilapidato (DOA) migra directamente hacia ellos. Solamente está permitido en el caso de la carne fresca.

Las aplicaciones médicas del PVC no suponen más del 3% del total, pero son un punto primordial para las relaciones públicas de la industria que alega que el PVC es esencial en los hospitales. Se usa en probetas, catéteres, como material para entubar, en las máquinas de hemodiálisis, entre otras aplicaciones. Este PVC flexible contiene el plastificante DEHF que puede migrar desde las bolsas y los tubos de los hospitales a los fluídos que contienen. Así:

Los objetos de PVC agravan las consecuencias de los incendios

Quemar PVC supone uno de los peligros más graves para el ser humano y el medio ambiente. La amplia presencia de productos fabricados con este material en las casas modernas asegura que en los incendios en casas y edificios haya objetos de PVC por medio.

Al entrar en contacto con el fuego, el PVC genera emisiones de los siguientes productos:

Todo lo anterior puede suceder incluso antes de que el PVC arda. De hecho, su contenido en cloro puede impedir la ignición, la aparición de llama.

Existen varios casos documentados de incendios con presencia de objetos de PVC. Entre ellos:


El PVC como residuo. No hay escondite seguro

No importa el metodo elegido para la gestión de los residuos de PVC. Este material sigue produciendo efectos negativos sobre el medioambiente al final de su vida útil.

El PVC y el reciclaje no hacen buena pareja

En respuesta a la creciente concienciación social, las industrias plásticas lanzaron dos campañas de relaciones públicas. La primera trataba de convencer de la biodegradabilidad del plástico y fracasó estrepitosamente. La segunda, intentando demostrar la posibilidad del reciclaje, ha tenido más éxito.

El PVC pertenece a la familia de los termoplásticos, al igual que el polietileno, polipropileno y el poliestireno, por lo que en teoría puede refundirse y moldearse de nuevo. Sin embargo, en la práctica, el reciclaje del PVC:

Como consecuencia de ello, el reciclaje de plásticos después de su consumo es insignificante y aumenta el tráfico de residuos plásticos. En EE.UU, éste alcanzó un volumen de 200 millones de libras en 1991. Se ha descubierto que el 40% del plástico se vierte, aunque los traficantes de residuos afirman que será reciclado [23].

El verdadero destino del PVC: el vertedero

Cuando el PVC se deposita en un vertedero se está poniendo en peligro de contaminación el subsuelo y las aguas subterraneas. Tanto los plastificantes como los metales pesados, por la acción de microorganismos o de líquidos corrosivos en el vertedero, pueden ser liberados [24] y contribuir al aumento de la peligrosidad del lixiviado (el líquido que se filtra a través del vertedero. Ni siquiera los mejores impermeabilizantes de vertederos pueden prevenir el escape del lixiviado [25], que es sólo cuestión de tiempo. De esta manera, estamos trasladando el problema a las próximas generaciones.

Incineración: dioxinas para todos

La incineración de residuos urbanos se basa en dos claras falacias:

Pero, en realidad, esta forma de gestión de los residuos:

El contenido en cloro del PVC lo hace totalmente inadecuado para ser incinerado. El PVC genera cloruro de hidrógeno (HCl) al ser incinerado y es la fuente principal de las dioxinas emitidas por las incineradoras. Por ejemplo, la incineración de 1 kilogramo de PVC produce 50 microgramos de dioxinas, cantidad suficiente para iniciar cáncer en 50.000 animales de laboratorio [27].

La única solución aceptable a los problemas de eliminación de los productos de PVC es no producirlos.


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