Desde hace varios años, algunas campañas internacionales contra las actuaciones de algunas empresas multinacionales han demostrado el papel fundamental que juega el consumidor consciente. Algunos ejemplos que nos han llegado es la campaña contra el hundimiento de una plataforma de Shell en el Mar del Norte, la campaña de apoyo a los dos ecologistas acusados de calumniar a Mcdonald's o la campaña contra la distribución de leche en polvo de Nestlé a las unidades de parto de algunos países africanos.
La compañía Repsol, de capital, accionistas y consumidores del Estado Español, está aprovechando la incomunicación que existe entre los países del norte y del sur para cometer reiteradamente una serie de atropellos a los derechos de las comunidades indígenas y á la conservación de los bosques tropicales. Aunque los temas indígenas y ambientales en los países hidrocarburíferos tienen una mínima cobertura legal, en la práctica las compañías actúan con total impunidad.
En Bolivia, Repsol se ha adjudicado 3 millones de hectáreas afectando a 3 Parques Nacionales y más de 5 Territorios Indígenas.
Quién le puede parar los pies?
Ni Estados, ni gobiernos, ni instituciones tiene intención de frenar el progreso económico que supone la destrucción de la Amazonia. Son los consumidores los que tienen la palabra. Son los consumidores que día a día financian (vía gasolinera, butano o gas) la expansión de Repsol en la Amazonia...
Estos documentos pretenden aportar algunos datos que no salen en las
campañas de lavado de imagen que asimilamos varias veces al día.
Que no se detenga la información en tus manos, estamos hablando
de millones de hectáreas de bosque tropical.